Colectivos vecinales, instituciones y amantes del deporte y la naturaleza se unen para impulsar la creación de la primera vía verde de la provincia, que discurriría sobre la antigua línea férrea entre Cártama y Málaga
Cuando hace ocho años pasó el último tren, era difícil imaginar que esas vías que habían quedado obsoletas por la llegada del AVE podrían convertirse en un sendero por el que recorrer las entrañas del Valle del Guadalhorce a pie, en bicicleta, a caballo o sobre patines. Hoy, lo que parecía una utopía comienza a tener visos de realidad. Asociaciones de vecinos, de amantes de la montaña y del cicloturismo, sindicatos e instituciones se han unido para impulsar la creación de la primera vía verde de la provincia, que partiría de la estación de Cártama y llegaría a El Tarajal, en la capital malagueña.
Un camino de seis kilómetros y medio de longitud y sesenta metros de anchura, con un carril de doble sentido para bicicletas y otro peatonal. Todo ello flanqueado por ocho mil árboles, un museo al aire libre con antigüedades ferroviarias, restaurantes y zonas de esparcimiento. Este es el proyecto inicial impulsado por la Plataforma Malagueña en Defensa del Ferrocarril y el Foro Andaluz Ferroviario, al que se han sumado los ayuntamientos de Málaga y Cártama, la Diputación y la Junta de Andalucía.
Fundación Vía Verde
Para conseguir su propósito, representantes de estos colectivos han constituido la Fundación Vía Verde Valle del Guadalhorce, que se presentó ayer. La próxima semana se reunirán con el responsable de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) Francisco Redondo, con quien negociarán la cesión de los terrenos que ocupan las vías, el apeadero de Los Remedios, en Cártama, y la antigua estación de Campanillas, que se convertirían en áreas de recreo y descanso.
Superado este paso, el Gobierno, a través de la Fundación de Ferrocarriles Españoles, «tendría que hacerse cargo del proyecto», según explicó el presidente de la Fundación, Cristóbal Real, que reconoció que el principal problema será conseguir financiación para el mantenimiento del vial y el acondicionamiento de los aledaños, algo «que le correspondería a la Junta».
En este sentido, el concejal de IU Antonio Serrano recordó los beneficios que estas vías pueden reportar a la economía malagueña: «Son una fuente de creación de empleo y un atractivo para el turismo».
Real, que cifró el coste del proyecto en más de un millón y medio de euros, no se atrevió a hablar de fechas, aunque confió en que salga adelante «porque contamos con el apoyo institucional». Entonces, será posible ir en bicicleta desde Cártama hasta Málaga en veinte minutos. Pero la Fundación va más allá: prevé que los carriles bici lleguen hasta la Universidad y el polígono Guadalhorce. Además, su objetivo es ampliar los 6,5 kilómetros iniciales a 18, aprovechando el recorrido de las tuberías de agua que se están instalando entre La Aljaima, en Cártama, y la depuradora de El Atabal.
Cuando hace ocho años pasó el último tren, era difícil imaginar que esas vías que habían quedado obsoletas por la llegada del AVE podrían convertirse en un sendero por el que recorrer las entrañas del Valle del Guadalhorce a pie, en bicicleta, a caballo o sobre patines. Hoy, lo que parecía una utopía comienza a tener visos de realidad. Asociaciones de vecinos, de amantes de la montaña y del cicloturismo, sindicatos e instituciones se han unido para impulsar la creación de la primera vía verde de la provincia, que partiría de la estación de Cártama y llegaría a El Tarajal, en la capital malagueña.
Un camino de seis kilómetros y medio de longitud y sesenta metros de anchura, con un carril de doble sentido para bicicletas y otro peatonal. Todo ello flanqueado por ocho mil árboles, un museo al aire libre con antigüedades ferroviarias, restaurantes y zonas de esparcimiento. Este es el proyecto inicial impulsado por la Plataforma Malagueña en Defensa del Ferrocarril y el Foro Andaluz Ferroviario, al que se han sumado los ayuntamientos de Málaga y Cártama, la Diputación y la Junta de Andalucía.
Fundación Vía Verde
Para conseguir su propósito, representantes de estos colectivos han constituido la Fundación Vía Verde Valle del Guadalhorce, que se presentó ayer. La próxima semana se reunirán con el responsable de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) Francisco Redondo, con quien negociarán la cesión de los terrenos que ocupan las vías, el apeadero de Los Remedios, en Cártama, y la antigua estación de Campanillas, que se convertirían en áreas de recreo y descanso.
Superado este paso, el Gobierno, a través de la Fundación de Ferrocarriles Españoles, «tendría que hacerse cargo del proyecto», según explicó el presidente de la Fundación, Cristóbal Real, que reconoció que el principal problema será conseguir financiación para el mantenimiento del vial y el acondicionamiento de los aledaños, algo «que le correspondería a la Junta».
En este sentido, el concejal de IU Antonio Serrano recordó los beneficios que estas vías pueden reportar a la economía malagueña: «Son una fuente de creación de empleo y un atractivo para el turismo».
Real, que cifró el coste del proyecto en más de un millón y medio de euros, no se atrevió a hablar de fechas, aunque confió en que salga adelante «porque contamos con el apoyo institucional». Entonces, será posible ir en bicicleta desde Cártama hasta Málaga en veinte minutos. Pero la Fundación va más allá: prevé que los carriles bici lleguen hasta la Universidad y el polígono Guadalhorce. Además, su objetivo es ampliar los 6,5 kilómetros iniciales a 18, aprovechando el recorrido de las tuberías de agua que se están instalando entre La Aljaima, en Cártama, y la depuradora de El Atabal.