La presidenta de Marbella Voluntaria advierte de que en la ciudad hay más personas con necesidades de las que se ven
MARBELLA. Preside desde hace cinco años la Asociación Marbella Voluntaria, que mañana celebra su asamblea anual, y casi ejerce de presidenta en funciones de lo que será la futura Plataforma del Voluntariado, impulsada inicialmente por 18 oenegés de la ciudad y que canalizará las demandas de cada uno de los colectivos. Con un centenar de usuarios -esencialmente personas mayores que reclaman compañía- bien cubiertos con más de 200 personas volcadas en poner su grano de arena, a Ana Ortega le preocupan ahora especialmente las penurias que pasan cada vez más familias a consecuencia de la crisis y hace un llamamiento a las administraciones.
¿La crisis ha despertado el espíritu el voluntariado para ayudas a las personas en apuros?
Nosotros no tenemos mayor afluencia de voluntarios sino más bien de personas que vienen a pedirnos ayuda, a preguntarnos a ver si nos enteramos de algo mayormente en el aspecto laboral. Tenemos un grupo de personas grande, con cierta edad, que tienen las cosas claras.
¿Quizá todavía a muchos no le ha tocado de cerca?
Nuestros usuarios son más bien gente humilde pero que tienen su piso, su pensión, y lo que está pasando no les toca tanto. Nos movemos menos dentro de mundos marginados o de inmigración no por nada, sino por las circunstancias.
Siempre se piensa en Marbella desde el punto de vista de la riqueza y el lujo, ¿hay en la ciudad más necesidad de la que nos creemos?
Totalmente. Y no sólo ahora. Llevamos seis años y no estamos aquí por gusto. A las casas a las que vamos, al menos la mitad son de personas necesitadas. En Marbella ha habido un momento de esplendor y de lujo para ciertas personas, después otro grupo que gracias a eso trabajábamos y vivíamos bien, y otro grupo más que estaba ahí y que se veía menos. Hay pueblos que son más igualitarios pero aquí hubo un mundo ficticio y nos creíamos que todo era así.
¿Qué frentes cubre principalmente la asociación?
Lo que más damos es compañía a personas mayores, porque no podemos dar mucho más. Compañía, gestión, moverle una 'comprita', orientarles en los trámites. Hay personas que tienen pensiones tremendamente bajas y las orientamos para ver cómo pueden terminar el mes con un poco de ayuda de Cáritas o de Cruz Roja.
Con sus usuarios cubiertos, ¿lo qué más les preocupa es la gente que llega pidiendo ayuda a las oficinas?
Claro que sí. Son gente, por ejemplo, con una casa pero que está pasando por un mal momento económico y nosotros, como Marbella Voluntaria, lo que hacemos es tirar de los hilos de otras oenegés.
¿De ahí surge la idea de impulsar un comedor social o algo similar?
Pensamos, y así se lo hemos transmitido a las autoridades, que ya que no existe un sitio donde una persona pueda dormir por lo menos que haya un sitio donde pueda ir a comer. Se ha hablado dos o tres veces pero habría que darle un impulso. Hay personas que por circunstancias viven en las calles, que tienen un tipo de vida y que si te los quieres llevar a un albergue no quieren, pero hay otras con una papeleta más difícil, como las que tienen sus casas pero que están pasando por una situación complicada y a lo mejor no tienen para comer. Quienes lo necesiten deberían tener en Marbella una puerta donde entrar y tomarse algo caliente. Lo mismo que se ponen farolas y se arreglan calles, que a todos nos gusta, también hay que echarle un cable a las personas que están pasando dificultades.
Hay gente que no da el paso hacia el voluntariado por el tiempo que pueda ocuparle.
Se equivocan. Al 90 por ciento de nuestros voluntarios no les ocupa más de dos horas a la semana.
¿Es Marbella solidaria?
Creo que sí. Hay movimiento de voluntariado. Gente joven involucrada con los niños de Crece, con los niños de autismo. Estamos pasando desgraciadamente por unos momentos difíciles para todo el mundo y la persona que realmente quiere ayudar, lo hace. Es algo que se siente pero también sería bueno que nos reconocieran un poco la labor. Es una asignatura pendiente.
¿Qué tipo de reconocimiento?
A veces nos faltarían medios para poder contentar un poco al grupo. Vivimos del día a día. Hay tantos días para conmemorar tantas cosas que aunque tenemos el del voluntariado pasa un poco de incógnito. Nadie nos ve.
MARBELLA. Preside desde hace cinco años la Asociación Marbella Voluntaria, que mañana celebra su asamblea anual, y casi ejerce de presidenta en funciones de lo que será la futura Plataforma del Voluntariado, impulsada inicialmente por 18 oenegés de la ciudad y que canalizará las demandas de cada uno de los colectivos. Con un centenar de usuarios -esencialmente personas mayores que reclaman compañía- bien cubiertos con más de 200 personas volcadas en poner su grano de arena, a Ana Ortega le preocupan ahora especialmente las penurias que pasan cada vez más familias a consecuencia de la crisis y hace un llamamiento a las administraciones.
¿La crisis ha despertado el espíritu el voluntariado para ayudas a las personas en apuros?
Nosotros no tenemos mayor afluencia de voluntarios sino más bien de personas que vienen a pedirnos ayuda, a preguntarnos a ver si nos enteramos de algo mayormente en el aspecto laboral. Tenemos un grupo de personas grande, con cierta edad, que tienen las cosas claras.
¿Quizá todavía a muchos no le ha tocado de cerca?
Nuestros usuarios son más bien gente humilde pero que tienen su piso, su pensión, y lo que está pasando no les toca tanto. Nos movemos menos dentro de mundos marginados o de inmigración no por nada, sino por las circunstancias.
Siempre se piensa en Marbella desde el punto de vista de la riqueza y el lujo, ¿hay en la ciudad más necesidad de la que nos creemos?
Totalmente. Y no sólo ahora. Llevamos seis años y no estamos aquí por gusto. A las casas a las que vamos, al menos la mitad son de personas necesitadas. En Marbella ha habido un momento de esplendor y de lujo para ciertas personas, después otro grupo que gracias a eso trabajábamos y vivíamos bien, y otro grupo más que estaba ahí y que se veía menos. Hay pueblos que son más igualitarios pero aquí hubo un mundo ficticio y nos creíamos que todo era así.
¿Qué frentes cubre principalmente la asociación?
Lo que más damos es compañía a personas mayores, porque no podemos dar mucho más. Compañía, gestión, moverle una 'comprita', orientarles en los trámites. Hay personas que tienen pensiones tremendamente bajas y las orientamos para ver cómo pueden terminar el mes con un poco de ayuda de Cáritas o de Cruz Roja.
Con sus usuarios cubiertos, ¿lo qué más les preocupa es la gente que llega pidiendo ayuda a las oficinas?
Claro que sí. Son gente, por ejemplo, con una casa pero que está pasando por un mal momento económico y nosotros, como Marbella Voluntaria, lo que hacemos es tirar de los hilos de otras oenegés.
¿De ahí surge la idea de impulsar un comedor social o algo similar?
Pensamos, y así se lo hemos transmitido a las autoridades, que ya que no existe un sitio donde una persona pueda dormir por lo menos que haya un sitio donde pueda ir a comer. Se ha hablado dos o tres veces pero habría que darle un impulso. Hay personas que por circunstancias viven en las calles, que tienen un tipo de vida y que si te los quieres llevar a un albergue no quieren, pero hay otras con una papeleta más difícil, como las que tienen sus casas pero que están pasando por una situación complicada y a lo mejor no tienen para comer. Quienes lo necesiten deberían tener en Marbella una puerta donde entrar y tomarse algo caliente. Lo mismo que se ponen farolas y se arreglan calles, que a todos nos gusta, también hay que echarle un cable a las personas que están pasando dificultades.
Hay gente que no da el paso hacia el voluntariado por el tiempo que pueda ocuparle.
Se equivocan. Al 90 por ciento de nuestros voluntarios no les ocupa más de dos horas a la semana.
¿Es Marbella solidaria?
Creo que sí. Hay movimiento de voluntariado. Gente joven involucrada con los niños de Crece, con los niños de autismo. Estamos pasando desgraciadamente por unos momentos difíciles para todo el mundo y la persona que realmente quiere ayudar, lo hace. Es algo que se siente pero también sería bueno que nos reconocieran un poco la labor. Es una asignatura pendiente.
¿Qué tipo de reconocimiento?
A veces nos faltarían medios para poder contentar un poco al grupo. Vivimos del día a día. Hay tantos días para conmemorar tantas cosas que aunque tenemos el del voluntariado pasa un poco de incógnito. Nadie nos ve.