La fundación solidaria Prolibertas solicita una intervención inmediata en el antiguo templo para no tener que echar a la calle a inmigrantes y ex reclusos
ANTEQUERA. Como diría el refrán, nunca llueve a gusto de todos. Y es que las últimas precipitaciones, además de engrosar el nivel de agua en los pantanos de la provincia de Málaga y limpiar a fondo el campo, ha contribuido a seguir deteriorando el estado de aquellos inmuebles que están pendientes de una rehabilitación. Ejemplo de ello se encuentra en el seminario de la iglesia de la Trinidad de Antequera, que ha tenido que reducir el número de personas que acogen a través de los programas impulsados por la Fundación solidaria Prolibertas para ayudar a inmigrantes y ex reclusos, por el lamentable estado del inmueble religioso."Tenemos una habitación para tres reclusos totalmente cerrada, más dos destinadas a inmigrantes que tampoco sabemos si podremos abrir en los próximos meses", lamentó a este periódico Antonio Aurelio Fernández, director de la organización trinitaria. Goteras y grietas son los desperfectos más evidentes, que se ven acrecentados con los temporales de viento y frío que están azotando este invierno a todo el país. "Es una situación muy lamentable, más si tenemos en cuenta que contamos con una importante lista de espera de personas que no tienen otro lugar donde acudir", continúo la trabajadora social de la fundación, Soledad Muñoz. El programa de acogida impulsado por la Fundación Prolibertas se divide en dos ramas: por un lado el destinado a personas inmigrantes, conocido como ´Juan de Mata´ y, por otro, el centrado en ayudar a personas reclusas, ´Juan Gil´. "Hasta ahora, tenemos bajo nuestra tutela a 19 personas. Nuestro temor es que nos veamos obligados a seguir reduciendo este número por la falta de estabilidad que presentan algunas zonas del antiguo seminario", dijo el responsable de Prolibertas. El Ayuntamiento de Antequera afirma que el proyecto de restauración de la iglesia de la Trinidad está en manos de la Consejería de Cultura desde hace unos meses. De hecho, el alcalde, Ricardo Millán, quiso dejar claro que el Consistorio no "goza de competencias en este sentido", aunque acometería las obras de emergencia que fueran necesarias en caos de que el estado de la iglesia pudiera poner en peligro a los viandantes y a sus usuarios. "De hecho, ya realizamos obras de emergencia a finales 2006 para reponer varias tejas caídas", continuó Millán. Así las cosas, ´la pelota´ se encuentra en el tejado de la Junta, que debe autorizar las obras y luego ponerse de acuerdo con el Obispado para acometerlas. Tras la reforma integral, la Trinidad lucirá para sus feligreses y para quienes se refugian bajo sus paredes.