Los inmigrantes se lamentan de que se les culpe del incremento del paro desde algunos sectores cuando son sus principales víctimas
La historia de Gerardo Márquez es una más entre las miles de experiencias anónimas de la inmigración. Este argentino llegó a Málaga en 2002 empujado por el 'corralito' y la difícil situación política de su país, buscando un futuro mejor para él y su familia. Actualmente trabaja como instalador de conexiones de cable y es el portavoz de la Coordinadora de Inmigrantes de Málaga, un organismo que nació no sin muchas dificultades para intentar unir las voces de todos los extranjeros que llegaron a trabajar a nuestro país.
La Coordinadora de Inmigrantes nace en 2006 para unir a inmigrantes de todos los países y razas. A pesar de las diferencias, ¿es más lo que les une?
Desde luego, es más lo que nos une que lo que nos separa. Juntos colaboramos para defender nuestros derechos como ciudadanos, enfrentarnos al sentimiento de desarraigo, llevar a cabo el proceso de integración en un nuevo país o crear un espacio propio en esta sociedad.
¿La coordinadora ha logrado la implicación de todos los colectivos?
En la coordinadora estamos muchas asociaciones, pero no todas. Además, notamos que la implicación de los inmigrantes es mayor al principio, cuando acaban de llegar y se sienten desorientados, pero en cuanto consiguen un empleo y se estabilizan, se alejan. Sólo vuelven cuando vuelven a tener problemas, como ahora con el aumento del paro.
Son tiempos duros...
Con la crisis, el colectivo inmigrante tiene los mismos problemas que la población autóctona, pero agravada por una vulnerabilidad mayor. Muchos están pendientes de renovar sus papeles de residencia y justo ahora han perdido el empleo.
El paro se ha cebado con los inmigrantes, que ocupaban los sectores más afectados por la crisis, como la construcción o el doméstico. ¿Cómo viven ellos esta situación?
Para muchos, su panorama es desesperado. Hay muchas familias que se decidieron a comprarse un piso porque veían que su proyecto de vida aquí iba bien y ahora se han quedado sin empleo y tienen que pedir ayuda a entidades para poder comer. Además, saben que será mucho más difícil encontrar un empleo porque primero cogerán a los españoles, y hay muchos en las listas del desempleo.
A pesar de todo, apenas unas pocas personas se han acogido al decreto de retorno voluntario...
Para nosotros es un fraude porque el Gobierno no te facilita nada. Te paga el billete de vuelta con el dinero que el inmigrante ha estado aportando a la Seguridad Social y te hacen firmar un contrato en el que aseguras que no volverás en cinco años a España para que te den el resto del dinero que te corresponde por el paro. Son pocos, pero los que lo aceptan es porque están entre la espada y la pared.
Y el que regresa, lo hace con las manos vacías.
Vuelven con una tremenda frustración y desesperanza, con un proyecto de vida roto porque ya no eres de aquí ni de allá. Una vez que haces las valijas es difícil regresar. Por eso, el inmigrante prefiere buscar trabajo aquí debajo de las piedras antes que retornar.
¿Los inmigrantes cuentan con la colaboración de sus vecinos españoles?
Sentimos el apoyo del pueblo. Siempre encuentras a alguna buena persona que te ayuda vengas de donde vengas. Pero desde que comenzó la crisis venimos notando mensajes que nos culpabilizan de la crisis cuando somos sus primeras víctimas. Son sectores políticos, que aseguran que hay que cerrar el grifo porque ya no hay empleo para todos, o que aseguran que primero los españoles y luego los otros que van calando en la sociedad. En la cola del paro, la gente mira mal al inmigrante, como si no tuviésemos el mismo derecho a cobrar lo que nos pertenece por el trabajo que hemos realizado estos años.
¿Los malagueños son racistas?
No lo son, pero tememos que la crisis haga surgir sentimientos racistas. Además, encontrar trabajo sigue siendo más difícil para los inmigrantes africanos y los latinoamericanos con rasgos indios porque se acepta más al que se asemeja a ti.
¿Qué actuaciones tiene previstas la coordinadora?
Pedimos a los malagueños que se impliquen con nosotros y a los propios inmigrantes que se ayuden entre ellos a pesar de sus procedencias distintas porque debemos estar unidos en estos tiempos difíciles.
La historia de Gerardo Márquez es una más entre las miles de experiencias anónimas de la inmigración. Este argentino llegó a Málaga en 2002 empujado por el 'corralito' y la difícil situación política de su país, buscando un futuro mejor para él y su familia. Actualmente trabaja como instalador de conexiones de cable y es el portavoz de la Coordinadora de Inmigrantes de Málaga, un organismo que nació no sin muchas dificultades para intentar unir las voces de todos los extranjeros que llegaron a trabajar a nuestro país.
La Coordinadora de Inmigrantes nace en 2006 para unir a inmigrantes de todos los países y razas. A pesar de las diferencias, ¿es más lo que les une?
Desde luego, es más lo que nos une que lo que nos separa. Juntos colaboramos para defender nuestros derechos como ciudadanos, enfrentarnos al sentimiento de desarraigo, llevar a cabo el proceso de integración en un nuevo país o crear un espacio propio en esta sociedad.
¿La coordinadora ha logrado la implicación de todos los colectivos?
En la coordinadora estamos muchas asociaciones, pero no todas. Además, notamos que la implicación de los inmigrantes es mayor al principio, cuando acaban de llegar y se sienten desorientados, pero en cuanto consiguen un empleo y se estabilizan, se alejan. Sólo vuelven cuando vuelven a tener problemas, como ahora con el aumento del paro.
Son tiempos duros...
Con la crisis, el colectivo inmigrante tiene los mismos problemas que la población autóctona, pero agravada por una vulnerabilidad mayor. Muchos están pendientes de renovar sus papeles de residencia y justo ahora han perdido el empleo.
El paro se ha cebado con los inmigrantes, que ocupaban los sectores más afectados por la crisis, como la construcción o el doméstico. ¿Cómo viven ellos esta situación?
Para muchos, su panorama es desesperado. Hay muchas familias que se decidieron a comprarse un piso porque veían que su proyecto de vida aquí iba bien y ahora se han quedado sin empleo y tienen que pedir ayuda a entidades para poder comer. Además, saben que será mucho más difícil encontrar un empleo porque primero cogerán a los españoles, y hay muchos en las listas del desempleo.
A pesar de todo, apenas unas pocas personas se han acogido al decreto de retorno voluntario...
Para nosotros es un fraude porque el Gobierno no te facilita nada. Te paga el billete de vuelta con el dinero que el inmigrante ha estado aportando a la Seguridad Social y te hacen firmar un contrato en el que aseguras que no volverás en cinco años a España para que te den el resto del dinero que te corresponde por el paro. Son pocos, pero los que lo aceptan es porque están entre la espada y la pared.
Y el que regresa, lo hace con las manos vacías.
Vuelven con una tremenda frustración y desesperanza, con un proyecto de vida roto porque ya no eres de aquí ni de allá. Una vez que haces las valijas es difícil regresar. Por eso, el inmigrante prefiere buscar trabajo aquí debajo de las piedras antes que retornar.
¿Los inmigrantes cuentan con la colaboración de sus vecinos españoles?
Sentimos el apoyo del pueblo. Siempre encuentras a alguna buena persona que te ayuda vengas de donde vengas. Pero desde que comenzó la crisis venimos notando mensajes que nos culpabilizan de la crisis cuando somos sus primeras víctimas. Son sectores políticos, que aseguran que hay que cerrar el grifo porque ya no hay empleo para todos, o que aseguran que primero los españoles y luego los otros que van calando en la sociedad. En la cola del paro, la gente mira mal al inmigrante, como si no tuviésemos el mismo derecho a cobrar lo que nos pertenece por el trabajo que hemos realizado estos años.
¿Los malagueños son racistas?
No lo son, pero tememos que la crisis haga surgir sentimientos racistas. Además, encontrar trabajo sigue siendo más difícil para los inmigrantes africanos y los latinoamericanos con rasgos indios porque se acepta más al que se asemeja a ti.
¿Qué actuaciones tiene previstas la coordinadora?
Pedimos a los malagueños que se impliquen con nosotros y a los propios inmigrantes que se ayuden entre ellos a pesar de sus procedencias distintas porque debemos estar unidos en estos tiempos difíciles.